Hoy te invito a redescubrir una de las posturas más humildes y, a la vez, transformadoras del yoga: Sukhasana o Postura Fácil. Aunque a primera vista puede parecer solo «sentarse con las piernas cruzadas», Sukhasana nos regala algo mucho más profundo. Esta postura simboliza el retorno a lo esencial, una conexión con lo que realmente somos cuando soltamos el ruido externo.
Sukhasana: más que una postura, un espacio para el ser
En la tradición del yoga, Sukhasana no se elige al azar. Es una postura que fomenta la quietud, la introspección y el equilibrio. En los antiguos textos de yoga como los Yoga Sutras de Patanjali, encontramos que el objetivo de las asanas es llegar a un estado de estabilidad y comodidad: Sthira Sukham Asanam. ¿Y qué mejor que Sukhasana para encarnar esta enseñanza?
Aquí, «fácil» no significa simplista. Al contrario, se trata de aceptar la sencillez como un camino hacia la profundidad. Al sentarte en Sukhasana, no estás haciendo «nada» —estás cultivando un espacio interno donde todo puede suceder.
Cómo entrar en Sukhasana
No necesitas ser un maestro avanzado para disfrutar los beneficios de Sukhasana. Aquí te dejo una guía:
- Encuentra tu base: Siéntate sobre una manta doblada o un cojín para elevar las caderas y mantener la espalda erguida. Esto alivia la tensión en las caderas y las rodillas.
- Cruza las piernas: Coloca las pantorrillas encima de los pies. Busca comodidad, no perfección.
- Postura erguida pero suave: Imagina un hilo que tira de la coronilla hacia el cielo, mientras los hombros caen relajados.
- Manos conscientes: Deja tus manos descansar sobre las rodillas o en un mudra, como Anjali Mudra (manos en oración) o Chin Mudra (índice y pulgar juntos).
- Respira: Inhala profundamente, exhala lentamente, y permite que tu atención regrese a tu respiración una y otra vez.
Los regalos de Sukhasana
Sukhasana nos invita a una práctica que trasciende lo físico. Al estar en esta postura, puedes explorar:
- La simplicidad como refugio: En un mundo que a menudo nos pide más, esta postura te recuerda que está bien simplemente ser.
- La conexión con el presente: Sentarte, respirar, y observar. No hay meta, solo el ahora.
- La introspección: Sukhasana crea un espacio seguro para reflexionar y escuchar tu voz interior.
Una práctica para tu día a día
Te propongo un pequeño ritual:
- Dedica 5-10 minutos cada mañana o antes de dormir a sentarte en Sukhasana.
- En cada respiración, repite mentalmente: «Estoy aquí. Estoy en calma».
- Permite que esta simple práctica se convierta en un ancla para tu día o un cierre consciente antes del descanso.
Reflexión final
A veces, lo más poderoso no es añadir algo nuevo, sino volver a lo esencial. Sukhasana es un recordatorio de que la calma, la introspección y la conexión ya están dentro de ti, esperando que les hagas espacio.
En palabras de los textos yoguis: «El yoga no se trata de tocar tus pies, sino de lo que aprendes en el camino hacia ellos». Hoy, permítete sentarte en Sukhasana, respirar, y simplemente ser.
¿Te animas a probarlo? Cuéntame cómo te sientes practicando esta postura y qué reflexiones surgen desde tu espacio interior. ¡Nos vemos en el mat! 🌿